por Italo Vignoli
Decidí iniciar la campaña actual con una publicación semanal en el blog, centrada en los distintos aspectos del Formato de Documento Abierto (Open Document Format, ODF), para celebrar el 20º aniversario de su estandarización por OASIS, que tuvo lugar en mayo de 2005.
Mi objetivo era despertar interés en torno a ODF, que es el formato de documentos que todo usuario consciente de suites ofimáticas debería adoptar para mantener el control total sobre su propiedad intelectual (aunque no seamos escritores profesionales ni investigadores, el contenido de nuestros documentos es nuestra propiedad intelectual, y tenemos el derecho de decidir cuándo, cómo y con quién queremos compartirlo).
Mis artículos estaban dirigidos a los usuarios de LibreOffice, ya que tienen el privilegio —en comparación con los usuarios de otras suites ofimáticas— de crear documentos (y no me refiero solo a textos, sino también a hojas de cálculo, presentaciones o dibujos) con el único programa que adopta ODF como formato de documento nativo.
Quería reforzar su comprensión de ODF y explicar en detalle el enorme valor del formato de documentos abierto y estandarizado que están utilizando, en comparación con el formato de documentos cerrado y propietario de Microsoft Office, que lamentablemente es el más utilizado en todo el mundo para mantener el bloqueo de Microsoft y reforzar su monopolio.
El software que adopta OOXML —el nombre técnico del formato de documentos cerrado y propietario de Microsoft Office— como formato de documento nativo, en realidad está fortaleciendo el bloqueo de Microsoft porque, debido a un desconocimiento profundo de la situación real —hoy en día, OOXML es la única herramienta de bloqueo de la que dispone Microsoft—, protege a Microsoft en lugar de proteger a sus usuarios. En la práctica, estos programas son enemigos de sus propios usuarios, ya que utilizan las “esposas” de Microsoft para impedirles poseer y controlar su propiedad intelectual.
Desafortunadamente, la gran mayoría de los usuarios de suites ofimáticas no es consciente de los problemas —para su propiedad intelectual— asociados al formato de documentos cerrado y propietario de Microsoft Office, y son simplemente víctimas de la elección irresponsable del formato de documento nativo realizada por los desarrolladores de OnlyOffice, WPS Office y otros similares.
Por supuesto, dado el monopolio de Microsoft en el ámbito de las suites ofimáticas, los programas deben admitir OOXML de la mejor manera posible, como lo hace LibreOffice, para “arrebatar” a Microsoft su control sobre la propiedad intelectual y devolverlo a sus legítimos dueños, es decir, a los usuarios de las suites de la serie Microsoft Office, cualquiera sea su nombre, y de sus aliados.
Mientras intentaba explicar todo esto a través de mis publicaciones en el blog sobre ODF, ocurrió algo inesperado: varios periodistas tomaron el contenido de los artículos y lo difundieron en sus medios, lo que demuestra que aún existe esperanza de una actitud sensata frente a los formatos de documentos, en lugar del comportamiento “cómodo” actual de elegir el formato más utilizado sin reflexionar siquiera sobre las consecuencias de la estrategia perjudicial asociada a él.
Sobre la base de este resultado inesperado —y extremadamente positivo—, he decidido relanzar el proyecto de promoción de ODF (que fue abandonado dos veces en el pasado) mediante el lanzamiento de ODF News (https://www.odf.news), donde escribiré sobre ODF y publicaré documentos que lo respalden.
ODF News se lanzará en enero de 2026, como preparación para el 20º aniversario de la aprobación de ODF como ISO/IEC 26300.
